martes, 23 de agosto de 2011

Cátedra, lichigo y oferta laboral, reflexiones de un profesor desempleado.


Muchas veces me cuestiono si acerté al seguir el camino de la academia, ser profesor o investigador. Pasando por apresurado y arrebatado, puedo decir que no ha sido un grato camino. Ha habido varias y agradables experiencias, pero en el conjunto, lo bueno y lo malo, han sido materia para construir el camino de mi vida.
A modo de muro de los lamentos, espero no aburrir a mis lectores, si tengo varios reproches que me gustaría compartir al igual que anécdotas e ideas, sobre ser docente de universidad en esta coyuntura de cambio y reformas.
El momento de mamerto existencial, me llego una noche oyendo Hora 20 (programa de debate de Caracol Radio) cuyo tema de apertura fue la situación de las universidades del país, tópicos comunes: la calidad, la financiación, la carga laboral, las universidades de garaje y lo que más se dice y debate cuando se habla de Universidad en Colombia, es decir lo mismo de hace décadas atrás, sumado a los problemas del siglo XXI. No hay dinero para innovación, desarrollo e investigación, menos aun calidad en la educación básica primaria y secundaria, es decir desde el kínder estamos castrando el intelecto e inteligencia de los chicos, antes de entrar a la U.
Una de las primeros baches que me toco y me sigue estorbando, es el estereotipo que pose los que estudiamos en España un postgrado o doctorado. Que la educación en España es ligth de mala calidad y el largo etcétera, que las mentes provinciales o envidiosas estructuran para rechazar hojas de vida.
Pues entre las universidades de primera línea que hay en Bogotá y las de provincia en España (donde estudie) financiadas y protegidas por el presupuesto de la Comunidad Europea y las reformas de Bolonia. Dios, las diferencias de calidad, laboratorios y eso que por aquí dicen liberta de pensamiento, son un abismo, el mismo que separa el primer mundo de los países de por aquí.
Muchos programas de pre grado y post grado que se dan al otro lado del Atlántico, responden a necesidades estructurales que la sociedades contemporáneas exigen para superar sus problemas actuales y plantear su futuro dentro de un estado de bienestar , en palabras simples: Estudie un doctorado denominado Patrimonio Histórico y Natural, en una ciudad de provincia, Huelva, que desde tiempos pretéritos a los Romanos, los Tartesos, pasando por la colonización Romana, Judía y Musulmana, y el auge del Imperio español, dejo una indeleble huella en la cultura material e inmaterial de este pueblo del sur de Andalucía. Además de albergar una de las áreas naturales más valiosas por diversidad del continente, parque Doñana y las sierras de Aracena y Aroche. La riqueza histórica y natural es una constante, problema y ventaja en la vida cotidiana de esta zona. Y su inclusión a la cotidianidad, la reivindicación para los lugareños de su identidad, y la protección son tema y ejercicio que la universidad de Huelva, tomo como misión de compromiso social y proyecto de conocimiento, desarrollo e innovación.
En Colombia se repite una vertical y totémica estructura de conocimiento, replicando modelos que no han evolucionado, o que muy lentamente está aceptando los problemas de la actualidad. Es mi parecer con la carrera de historia que curse en la Universidad Nacional. Tardo bastante en aceptar temas como los estudios de género, lo ambiental y se estanco en temas re legados a otras disciplinas sobre la historia antes de la colonización y la visión actual de lo indígena, lo local en los problemas de Colombia, vivimos el eclipse de la política, la violencia sin mencionar la distribución rígida de conocimiento dividido por periodos y estructuras.
Así que si uno quiere innovar, toca luchar contra ideas monolíticas y profesores que no hay renovado o actualizado conocimientos, pero si han aceitado la burocracia, los sindicatos y el estatus arcaico de algunas universidades, que en palabra simples joden a lo que pretendemos aportar con nuevas ideas. Ese fue mi primer chascarrillo como profesor en una universidad privada, los veteranos amenazados por un mocoso recién llegado, que no entiendo los códigos que sindicatos y roscas arman para proteger sus puestos.
El segundo abismo, que se solapa con el primero, es el círculo vicioso de la experiencia laboral. Si uno no tiene X años de experiencia docente no puede aspirar a, UNA CATEDRA: Profesor por horas, ni lo piense para un puesto de mayor estabilidad como un medio o tiempo completo. ¿Quién te da la oportunidad para ser primiparo como profesor?
En mi experiencia los primeros que acceden a un puesto, lo que tiene influencias y sus allegados están en las roscas, los segundos que su hoja de vida ha sido lavada en una universidad de renombre tipo Harvard, La Sorbona o los Andes, los terceros que su currículo es un cumulo de meritos académicos y los cuartos como yo, que fue la casualidad de llevar hojas de vidas, tal como el que dispara con una escopeta de perdigones.
Ya superado estos dos escollos, llega el tercero. Ya eres orgulloso profesor DE CATEDRA, tus títulos te sirven para ………… es decir trabajas 12 horas semana (cuatro cursos de 30 muchachos cada uno) dando clase y te ganas un mínimo en universidad pública, porque no tienes la experiencia en años, tus títulos aun no están convalidados, y tus publicaciones no son nada, comparado con el fulano hijo del empleado X de la universidad, recién egresado de una prestigiosa universidad que no tiene pajarita idea pero si palanca y merece mejor sueldo que el tuyo. Pero en la ingenuidad, uno apuesta por dar todo como profesor, ya luego me entero por que la risa socarrona de los más veteranos.
Se ríen, porque es política no publica pero si consensuada, que no puedes exigirle a los clientes, perdón alumnos, rendimiento y resultados, ya que se enfadan y dejan sin presupuesto a las universidades. Es decir que no se puede dar educación, solo información y mediocres evaluaciones, que permitan exprimirles el dinero a los estudiantes a costa de una falsa exigencia y calidad en la educación. Es cuando tu jefe, decano o similar, te dice que por qué tantos estudiantes pierden en tu materia, que lo importante es tener abarrotado las aulas, por consiguiente más alto el nivel de ignorancia. A si tu decencia y ética se va para…. Solo por mantener los márgenes de ganancia.
Y por ultimo (por ahora) has ganado experiencia, nombre y reconocimiento, es la hora del Sampedro del querido marranito, así que ya puedes investigar, ser director de área, coordinar 10 profesores, dar 5 clases diferentes, y ser responsable de 120 estudiantes, asistir a reuniones ejecutivas e investigar. Ya eres multitarea, por 2 millones de pesos. Es que los títulos valen su peso en lo que comió el coronel en la última palabra de la afamada novela de Gabriel García Márquez.
Por eso mis colegas se ríen, es mejor dar cátedras, sin compromiso institucional, ganar más y no aportar mucho, lo que interesa es ganar dinero, nada más……………………..

jueves, 18 de agosto de 2011

Viviendo en un desierto con Oasis de Guayabos, Gusanos y Rayados.


(Obra de Rodolfo Rojas, serie Linea Golden)

Un punto en común, al hablar de Usme es que está muy lejos de todo, hasta de dios. Si la mano del creador está ausente en muchas circunstancias, sobra reiterar el crónico abandono y falencia de cosas y servicios en la que se vive en estos bordes paramunos de la gran capital.

Aunque el arte y las letras no son de vital importancia por estos lados, como dirán algunos expertos, legos y políticos, comparados con la salud, la educación y la seguridad. Se echa de menos espacios culturales, de discusión y creación.

La aridez de lugares de encuentro cultural (fuera de nuestra amada biblioteca de la Marichuela) en la localidad V, nos vuelven un singular desierto entre la diversidad de paisajes y gentes que nos rodean.

Los territorios que son gente también, y si este es singular, igual algunos de sus habitantes son particulares en su oficio y aporte. El reducido gueto de intelectuales, creadores, artistas y vagos con ínfulas, han encontrado en los blogs una alternativa para expresar lo que poco se nos da en nuestros barrios del sur.

Quiero recomendar a dos colegas, Rodolfo Celis y Rodolfo Rojas, el primero escritor y el segundo artista plástico. En común fuera del nombre, habitantes de nuestro entorno. Y nos han obsequiado una ventana a su obra, diversa, rica y entretenida. Un aporte para crear masa crítica, volumen intelectual, que bien hace falta en este codito del río Tunjuelo, para que algunos, puedan construir y tener elementos para tal vez iniciar en eso que se esfuerzan en llamar identidad local, o tal vez tener un espacio, así sea virtual de conocimiento y cultura.